miércoles, 18 de febrero de 2015

Se pasó una hora buscando las llaves...


Se pasó una hora buscando las llaves. No las encontraba por ningún lado. Buscó debajo de los sillones, en los cajones de la cocina, hasta en el cuarto de lavado… pero las llaves nunca aparecieron. Rondaba por la casa pensando dónde habría podido dejarlas. El problema no eran las llaves, lo que quería, era el llavero que le había regalado su abuela. Un guardapelo que contenía un mensaje dentro, un simple: por siempre. No era mucho en físico, pero era enorme en significado. Es por eso que no se rendía en su búsqueda.
Mientras pasaba a lado de una lámpara que tenía en forma de luna, recordó que había subido a la azotea para acostarse a ver las estrellas como lo hacía con su abuela. Inmediatamente fue corriendo como jalada por algún tipo de energía. Abrió la puerta. Allí estaban, reposando tranquilamente en el suelo. Existiendo ahí, debajo de la luz de la luna. Sonrió de oreja a oreja al tocar el guardapelo y lo abrió para darse cuenta que había una mancha en forma de un pequeño corazón. Lo sabía, su abuela seguía cuidándola a pesar de que hacía poco se había unido con el universo.


                                                                                                                                  G.A.B.R.

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