martes, 28 de abril de 2015

¿UN ADIÓS QUEDA CORTO?

 ¿Qué más esperar? ¿O qué cosa pedir?
A cada instante que te veo te alejas
de mí, como el humo del tabaco
que bien lo sé, nunca más volverá.
¿El tiempo? No lo puedo detener.
Las cenizas del amor que ayer
nuestras almas incendió
desaparecen hoy, poco a poco
volviendo nada lo que alguna vez
fue más que todo para mí.
¿En verdad me amaste?
¿De verdad te amé?
Preguntarlo ya no vale,
no cambia absolutamente nada.
Pues ahora todo ha comenzado a morir.
El sol desea desaparecer a medio día.
Las flores mueren en primavera.
Mi corazón cansado está de latir.
El mañana llega, no puedo evitarlo.
Desparecerás ante mis ojos
justo como el ocaso lo hará.
Tu propia senda recorrerás
tu rumbo, el que tú has decidido
al cual no puedo siquiera seguirte
a más que no deseas que lo intente.
Te estoy perdiendo, lo sé
(o tal vez ya lo he hecho)
pero consciente de ello
no lo soy, no lo deseo.
Mi corazón triste late por ti.
Leonardo Guedázz
Mis brazos olvidarte no desean.
Mi alma separarse de ti no puede.
Mis pensamientos acompañarte quieren.
¿Aún me amas? ¿Aún te amo?
Preguntarlo ya no sirve de nada.
Ya todo lo que era nuestro ha muerto.
Pero al menos ahora, en este momento,

desearía escucharlo por última vez-

miércoles, 15 de abril de 2015

Adiós



No, ya no es lo mismo. El sabor entre mis labios es diferente, agrio, sin sentido alguno. Nuestra relación parece de mutua dependencia, pero ya no es así, ya no más…
         Te compré en una esquina intentando controlar mis impulsos por comprar un cigarro. Tu antiguo dueño, esperando obtener algo de provecho, te vendió sin pensarlo dos veces. El precio fue lo suficientemente barato y la experiencia contigo inolvidable. Me hiciste olvidar mi ansiedad por tabaco.
         Pasamos un buen rato, lo admito. Ese sabor de cereza impregnado en mi boca y ese sutil roce tuyo con mi lengua, juntos me dieron una gran sensación de placer. Movimientos de arriba abajo, entretuviste a mi boca de una manera sutil en que pocos podían notarlo. El sabor se fue acabando, tengo que decírtelo. Todo era dulce al principio, eso es verdad. Pero ya no lo es más. Se acabó, no puedo más con esto. Ahora sólo eres un estorbo. ¡Eres basura!, sí, eso es lo que eres. Un desecho de esta tierra. No eres más que un estorbo para mí. Mi boca ya está cansada de buscarle sentido a tu existencia pero es inútil.

¡Ya no puedo más, es suficiente!
¡Basta!
         Lo haré, ya es tiempo de hacerlo. Tengo que deshacerme de ti. Adiós… goma de mascar. Fueron buenos momentos, pero mejor iré a comprar una nueva cajetilla.

Eric Medina