miércoles, 13 de mayo de 2015

SÁBANAS FRÍAS

Perdido estoy, alma mía.
La luz de tus ojos desaparece.
Me extravío en el mar de tu lejanía.
Naufrago en la añoranza por tu piel.
Sin saber si voy a encontrarte,
te busco, en los espacios vacíos,
en las sábanas frías te busco,
en el espejo del baño,
en los labios de otra mujer.
Me dueles, me matas, me olvidas.
Tu ausencia es ahora
la única compañía que tengo.
Creo encontrarte a lo lejos.
Llego a donde te encuentras,
te tomo por las caderas,
te aprisiono entre mis brazos,
te sujeto, para besar tus labios.
Al hacerlo lo noto,
ésa no eres tú. Siento el vacío.
Te extraño.
A tu recuerdo me aferro,
pero ahora, tu espacio es usurpado
por la presencia de otra,
que yo anteriormente creí tú.
Estas caderas sin calor,
estos labios casi sin sabor,
esta desconocida, vacía,
Leonardo Guedázz
sólo acrecienta el vacío en mí.
Estoy condenado, no logro olvidarte,
así pues, tampoco alejarme de ti.
Mi condena es seguir buscándote,
que en decepción se vuelva cada intento.
Cada noche disfrazaré tu ausencia,
cada día sufriré el vacío,
y al final te volveré a buscar
entre las mismas sábanas frías.