Lo único bueno del
amor se da sólo en el tiempo que éste dura, después de ello ya no tiene sentido
intentar volver a hablar de amor, pues éste habrá ya terminado y las palabras
que le sigan vacías quedarán, faltas de valor y sentido. ¿Qué objeto tiene
hablar de algo en el momento en que ya no se conoce? Éste sólo puede ser
conocido mientras aún sea posible sentirlo. Antes y después de ello, pensarlo
es inútil. Ponerlo en palabras, imaginarlo, teorizarlo, racionalizarlo, todo
ello es un sinsentido. Es una ofensa para el amor mismo, así como para aquellos
que aman. Es necesario pues dejar que del amor se encarguen aquellos que aún en
él creen, los que sin cuestionarse lo sienten, los que mueren por él, los que
viven por él. Retirarse a la soledad, esconderse en las sombras y no mendigar
por migajas del amor de los demás. Causar pena, lástima, tristeza, no es digno
de uno, no es digno de nadie. Se debe entonces esperar, sin mayor pretensión
que esperar. Esperando volver a encontrar el amor, o en otro caso, que sea éste
el que vuelva a encontrarnos. Entonces no estará demás, no será de mal gusto y
no será absurdo. Entonces… cuando sea posible volver a hablar de amor.
Leonardo Guedázz