A cada instante que te
veo te alejas
de mí, como el humo
del tabaco
que bien lo sé, nunca
más volverá.
¿El tiempo? No lo
puedo detener.
Las cenizas del amor
que ayer
nuestras almas
incendió
desaparecen hoy, poco
a poco
volviendo nada lo que
alguna vez
fue más que todo para
mí.
¿En verdad me amaste?
¿De verdad te amé?
Preguntarlo ya no
vale,
no cambia
absolutamente nada.
Pues ahora todo ha comenzado
a morir.
El sol desea
desaparecer a medio día.
Las flores mueren en
primavera.
Mi corazón cansado está
de latir.
El mañana llega, no
puedo evitarlo.
Desparecerás ante mis
ojos
justo como el ocaso lo
hará.
Tu propia senda
recorrerás
tu rumbo, el que tú
has decidido
al cual no puedo
siquiera seguirte
a más que no deseas
que lo intente.
Te estoy perdiendo, lo
sé
(o tal vez ya lo he
hecho)
pero consciente de
ello
no lo soy, no lo
deseo.
Mi corazón triste late
por ti.
Leonardo Guedázz |
Mis brazos olvidarte
no desean.
Mi alma separarse de
ti no puede.
Mis pensamientos
acompañarte quieren.
¿Aún me amas? ¿Aún te
amo?
Preguntarlo ya no
sirve de nada.
Ya todo lo que era
nuestro ha muerto.
Pero al menos ahora,
en este momento,
desearía escucharlo
por última vez-