ALBUR
“Ya no somos dueños
de nuestro pueblo”
-Éste pueblo que antes era nuestro porque los
defendíamos, nos lo están quitando, porque ya nadie lo defiende. Nomás soy
dueño desta cantina, desto vivo, es lo único que me queda y no tardan en venir
a quitármelo.
-Pos a mi ya no me queda deotra, por eso vine a despedirme
de usté Don X, la semana pasada
vinieron por última vez a mi puesto, nomás están pide, pide y pide de lo más
caro que tengo y luego se largan sin pagar, y uno… uno no puede decir nada ¡nos
matan! Por eso yo mejor me voy, me llevo a mi mujer y a mi niña, nos largamos
de éste pueblo lleno de plomo.
-Pos nos vemos, si es que Dios… no, si es que estos hijos
de la chingada me dan licencia.
-Usté no les haga caso y va a ver cómo nos volvemos a
ver.
Y no he vuelto a ver al muchacho este, ni supe a donde
se fue, se me olvidó preguntarle y ya no le pude contar lo que pasó.
-¡Vieja, ya me voy a abrir, me llevas de comer!
-¡Te digo que ya cierres esa mugrosa cantina, te van a
matar!
-¡Cómo te explico que esa mugrosa cantina nos
mantiene! No te apures, antes los mato yo.
-Pero… -¡Ya! Tú llévame de comer, por favor.
Y que no me llevó de comer la vieja, le ha de ver dado
miedo llegar y ver que estaba agujerao. ¡Qué bueno que no fue!
-Don, denos la botella de tequila más cara que tenga y
dos vasos por favor.
-Aquí está, sírvanse señores.
-¡Salud!
Esos hijos de la… se zamparon la botella como agua y
me siguieron pidiendo más.
Ya, ya se había hecho tarde y bien sabía yo quenes
eran esos dos, pero pos el chiste aquí es echarse el albur.
-Señores, les paso su cuenta, ya es re tarde y voy a
cerrar.
-No don, guárdese la cuenta, ya nos vamos ¡jajaja!
-Discúlpenme caballeros pero de esto vivo yo y de aquí
no se van hasta que me paguen lo que tomaron.
Ya sentía la bala adentro cuando me sacaron dos
escuadras los cabrones.
-Tons, así va a ser la cosa Don X.
-Pus que así sea, yo no vivo pa’mantener huevones, yo
tengo una familia y si de por si no hay gente que venga a comprar, ahora que
ustedes andan por aquí vienen menos, y ya les digo, me pagan o me pagan. Si
acaso, yo también tengo una pistola.
Yo pensaba en ¿quén iba a mantener a mi vieja después
de que me mataran estos pelaos?
-Ah mira tú pistacho, a ver si el Don sigue de gallito
cuando le haga un agujero a esa mano.
-Yo ya les dije y pus… me han de matar, pero uno se va
a quedar tendido aquí conmigo, ustedes verán como le hacen señores, pero me
pagan de una forma u otra.
-Tons si se nos va a poner al brinco Don.
¡No hombre cuando se metió la mano en la chamarra ahí
si dije “con tres no puedo”!
-Tenga su dinero ¡Hombres como usté hacen falta en
este pueblo! Todos son unos collones.
Y que se van, no volvieron y me dejaron más dinero del que era. Pero así es
esto y pus me seguiré echando un albur cada que sea necesario pa’ defender este
pueblo, este pueblo que es muy mío.
Jacaranda cafetera |