EL MONSTRUO COME GALLETAS
Había una vez un monstruo,
era de color azul, azul como el mar; al monstruo le encantaban las galletas y
como las de su mamá no había mejores; era un monstruo amigable por lo que tenía
muchos amigos, uno de ellos se llamaba Pepe, él era el más listo de sus amigos,
casi tanto como él; otro de sus amigos se llamaba Gael, él era listo en
matemáticas y en historia; también estaba Emiliano, él hablaba muy bien el inglés
y se le daban mucho las cuentas; por último pero no menos importante y el más
pequeño de todos era Alfonso, a él también le iba muy bien en historia, el
inglés era muy sencillo, y la exploración de la naturaleza era uno de sus
fuertes. Alfonso era uno de los más listos, él tal vez superaba al monstruo come
galletas y a Pepe.
Un día Pepe se puso muy
enfermo, pero en cuarenta días se repuso por completo; Emiliano también se
enfermó, porque había ido a visitar a Pepe y no tuvo cuidado, lo bueno es que
él se repuso en un solo día.
Un día soleado y de cielo azul
todos decidieron que saldrían a explorar los alrededores para observar a los
insectos y las plantas; esto fue idea del monstruo come galletas porque de tanto
que comía se estaba poniendo gordo, así que pensó que era buena idea tener un
poco de actividad física, además aprovecharía la expedición para recolectar
frutas y verduras y darle un cambio a su dieta de galletas; cuando se estaban
adentrando en el bosque Alfonso se dio cuenta de que olía a humo, así que
advirtió a los demás, ¡ERA UN INCENDIO FORESTAL! rápidamente buscaron al
guardabosques que era un gran oso, él se encargó de llamar a los bomberos; para
ayudar un poco todos los amigos corrieron al rio con muchas cubetas, las
llenaron de agua y regresaron a donde estaba el incendio para intentar
apaciguar el fuego; por suerte los bomberos no tardaron mucho y el bosque
volvió a estar en calma.
Después del susto todos decidieron
regresar a casa para tranquilizarse, no tardó en anochecer y como estaban tan
cansados se fueron a dormir temprano pensando que el día siguiente también
estaría lleno de muchas aventuras.
ALFONSO DIAZ