DON CONCEPCIÓN
-Yo no sé para qué
me traen más personas aquí, si ya saben que no me gusta.
-Para que no
esté solo Don Concepción.
-Yo necesito
compañía que dure, que no se muera, o al menos que viva hasta que me muera yo;
no quiero ser grosero doctor, pero ya debe saber usted que a mí me entristece
mucho tener que ver partir a todos los que llegan. Sólo yo no me muero.
- ¡Shhh! No diga
eso, que va a asustar a su compañero… usted es muy fuerte, por eso no se muere,
y no se va a morir va a ver que pronto se va a ir de aquí.
-No, si no crea
que me hacen menso, ya llevo once meses aquí, ya sé que de ésta no me salvo. Al
menos deles la misma medicina que a mí, ha de ser muy buena, no más no me
muero.
-Don concepción,
ellos no tienen lo mismo que usted ¿cómo les voy a dar ése medicamento?
(Susurros)
-Bueno pues,
pero ¿qué tiene el muchacho?
-Cáncer de
pulmón.
-¿tan joven? Ah Dios
mío.
-Él no fuma,
Don, lo que pasa es que sus papás fuman como tren y pues, ya ve.
-¿Y ellos no
tienen cáncer?
-No sé, el
muchacho vino solito porque se sentía mal, sus padres no han aparecido.
-¿cuál es su
estado? ¿Se va a morir?
-Pues si… de
hecho no le queda mucho tiempo.
-¡ES EL COLMO! ¿No
le estoy diciendo que traiga gente sana?
-¿Y cómo quiere
que le traiga gente sana a un hospital?
-Pues al menos
traiga personas con fecha de caducidad… ¡pues gente que dure, hombre!
-oh pues, entienda, la cama a su lado siempre resulta estar disponible.
-Cómo no va a
estar libre, hasta parece que tienen prisa por dejarme, si yo no les hago nada,
no mas no entiendo porque se mueren tan pronto… o cámbieme a mí a otro cuarto
-Pero si usted
ya está bien instalado aquí, ¿quiere que movamos toda su ropa?
-Ni siquiera
debería tener ropa aquí, siempre traigo la misma condenada bata azul, ya habría
de cambiarme el color, soy cliente frecuente...(mueca) mejor olvídelo.
-¿Ahora qué?
-La enfermera me
cae bien, aquí déjeme. Al menos es la única que no me deja… y usted, pero usted
no cuenta.
-Bueno, ya me
voy, descanse, tengo que ir a revisar la sala de emergencias.
-Vaya, déjeme.
Cuando volví a hacerle compañía
a Don concepción a la siguiente semana, lo noté más apagado que de costumbre, era de esperar después
de ver partir a una persona más.
-Doctor, que sea el último.
- mmm ¿Último qué?
-El último paciente que trae aquí
-Será el último por un tiempo hasta que llegue otro, ya sabe que esa
cama se debe ocupar.
-Tal vez sea yo ¿verdad?
-¿Usted qué?
-Deberían llamarme “el parca”, todos los que vienen a mi lado se mueren.
-No, no creo que sea usted,digo ¿si sabe que un gran número de personas mueren
cuando vienen al hospital, verdad?
(Suspiro)
-Déjeme sólo doctor. Hoy no me siento con ganas de hablar.
-Bueno, nos vemos mañana, que pase buenas noches.
-¿Hoy si regresa a su casa?
-Hoy si regreso a mi casa, don Concepción.
-Bien por usted, hasta mañana.
A la mañana siguiente la noticia que recibí, fue menos amarga de lo que esperaba.
-¿Qué es esto?
-Una nota, Don concepción la tenía en la mano ésta mañana, falleció en la
madrugada.
|
Jacaranda Cafetera |