miércoles, 15 de abril de 2015

Adiós



No, ya no es lo mismo. El sabor entre mis labios es diferente, agrio, sin sentido alguno. Nuestra relación parece de mutua dependencia, pero ya no es así, ya no más…
         Te compré en una esquina intentando controlar mis impulsos por comprar un cigarro. Tu antiguo dueño, esperando obtener algo de provecho, te vendió sin pensarlo dos veces. El precio fue lo suficientemente barato y la experiencia contigo inolvidable. Me hiciste olvidar mi ansiedad por tabaco.
         Pasamos un buen rato, lo admito. Ese sabor de cereza impregnado en mi boca y ese sutil roce tuyo con mi lengua, juntos me dieron una gran sensación de placer. Movimientos de arriba abajo, entretuviste a mi boca de una manera sutil en que pocos podían notarlo. El sabor se fue acabando, tengo que decírtelo. Todo era dulce al principio, eso es verdad. Pero ya no lo es más. Se acabó, no puedo más con esto. Ahora sólo eres un estorbo. ¡Eres basura!, sí, eso es lo que eres. Un desecho de esta tierra. No eres más que un estorbo para mí. Mi boca ya está cansada de buscarle sentido a tu existencia pero es inútil.

¡Ya no puedo más, es suficiente!
¡Basta!
         Lo haré, ya es tiempo de hacerlo. Tengo que deshacerme de ti. Adiós… goma de mascar. Fueron buenos momentos, pero mejor iré a comprar una nueva cajetilla.

Eric Medina