viernes, 6 de junio de 2014

VIERNES DE COLABORADORES:Nos ha llegado un cuento bastante bonito, lo mejor es quien lo escribió, un niño de tan solo 8 años de edad. ¡FELICIDADES POR SU TEMPRANA INICIACIÓN EN LA LITERATURA Y CREACIÓN!



EL MONSTRUO COME GALLETAS
 Había una vez un monstruo, era de color azul, azul como el mar; al monstruo le encantaban las galletas y como las de su mamá no había mejores; era un monstruo amigable por lo que tenía muchos amigos, uno de ellos se llamaba Pepe, él era el más listo de sus amigos, casi tanto como él; otro de sus amigos se llamaba Gael, él era listo en matemáticas y en historia; también estaba Emiliano, él hablaba muy bien el inglés y se le daban mucho las cuentas; por último pero no menos importante y el más pequeño de todos era Alfonso, a él también le iba muy bien en historia, el inglés era muy sencillo, y la exploración de la naturaleza era uno de sus fuertes. Alfonso era uno de los más listos, él tal vez superaba al monstruo come galletas y a Pepe.
   
     Un día Pepe se puso muy enfermo, pero en cuarenta días se repuso por completo; Emiliano también se enfermó, porque había ido a visitar a Pepe y no tuvo cuidado, lo bueno es que él se repuso en un solo día. 

    Un día soleado y de cielo azul todos decidieron que saldrían a explorar los alrededores para observar a los insectos y las plantas; esto fue idea del monstruo come galletas porque de tanto que comía se estaba poniendo gordo, así que pensó que era buena idea tener un poco de actividad física, además aprovecharía la expedición para recolectar frutas y verduras y darle un cambio a su dieta de galletas; cuando se estaban adentrando en el bosque Alfonso se dio cuenta de que olía a humo, así que advirtió a los demás, ¡ERA UN INCENDIO FORESTAL! rápidamente buscaron al guardabosques que era un gran oso, él se encargó de llamar a los bomberos; para ayudar un poco todos los amigos corrieron al rio con muchas cubetas, las llenaron de agua y regresaron a donde estaba el incendio para intentar apaciguar el fuego; por suerte los bomberos no tardaron mucho y el bosque volvió a estar en calma.

    Después del susto todos decidieron regresar a casa para tranquilizarse, no tardó en anochecer y como estaban tan cansados se fueron a dormir temprano pensando que el día siguiente también estaría lleno de muchas aventuras.

 ALFONSO DIAZ

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