i
CON NO SÉ QUIÉN, A
NO SÉ DÓNDE
Era la
edad de la loquera, pero yo no estaba loca, él sí, pero yo no; a mis quince
años ya sabía exactamente lo que quería hacer de mi vida, quería casarme con
Joaquín y tener un montón de hijos y tenía que decidirse pronto, ya me estaba
quedando cotorra. Lástima, yo quería mucho a Joaquín cuando me encontré a José
en la calle. Qué mala suerte la mía, en ese momento yo ni sabía su nombre.
Lo
recuerdo muy bien ¡cómo olvidarlo! iba yo a las tortillas cuando un hombre se
paró a mi lado. Él andaba a caballo. De repente nomas oí que gritaron mi nombre
-¡María!- Y me asusté, creí que era el señor de la mercería, que había ido a
reclamarme el cierre que me robé, y yo que pensaba que fue un movimiento
discreto -¡María!- Repitió, ahí me di cuenta que no era el señor de la
mercería, pero igual no sabía quién era. Volteé y vi a un muchacho muy guapo
montado en su caballo; lo recorté como hacen las señoras importantes, me tapé
bien con mi reboso y seguí caminando. -Pérate María, tú no vas a ninguna parte-.
Me indigné ¿Pos quién se creía este para hablarme así?¡ -¿Qué quiere?! Estoy
ocupada-. -¡A ti te quiero María! Y te vienes conmigo-. Fue tan rápido, no supe
ni a qué horas ya estaba en el pintao caballo; nunca, nunca había estado tan
asustada ¿qué iba a pensar Joaquín de mí? Lo golpeé y lo golpeé pero no mas no
me hacía caso; le decía que me iba a casar pronto. -Claro que te vas a casar
pronto, conmigo mesmo te vas a casar-. Me decía ¡Bah! Ya mucho habían decidido
por mí en la vida; traté de saltar pero el muy granuja me tenía bien agarrada
de la cintura, ni remedio, yo no quería hacer escándalo pero ya no me
importaba, así que empecé a gritar que me robaban lo más fuerte que pude, en
eso vi que mi hermano ¡ay mi hermano! Ya iba detrás de nosotros montao en el
pinto -¡Apúrate Rodolfo, que me roban!- Dios mío santo, que me da el bajón de
presión cuando escucho que el pelao este empezó a tirar balazos al aire, mi
hermano ya no pudo seguirnos y me fui con no sé quién a no sé dónde.
Jacaranda Cafetera |
No hay comentarios:
Publicar un comentario