viernes, 27 de febrero de 2015

Lo que temo

El fuego que en mi corazón encendiste
se resiste a morir. La llama sigue viva,
pero débil tras el temporal que azotó mi pecho.
Temo que termine por apagarse y de ese modo
el frío de la soledad me consuma,
porque cada vez que regreso a ella,
su mano es más gélida y su toque quema
mi atormentada alma.
Temo también que la llama se mantenga
tan débil que me termine perdiendo en este sendero oscuro,
a falta de una luz que me ilumine,
un haz de esperanza que seguir.
Perderme en lo oscuro de tus ojos, de tu cabello.
Perderme en lo sombrío de tu olvido.
En verdad lo temo.



Leonardo Guedázz

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